Desafío Candente

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El colonialismo navega violentamente a través de los distintos paisajes que traza su carretera: el conocimiento, el arte, la religión y la lengua, son algunos de los vecindarios que atraviesa en su rumbo la herida colonial. Esta avenida, como muchas, es de dos direcciones:  una, la del colonizador, es de tres carriles, pavimentada, sin límite de velocidad, ni escrúpulos; la segunda, la del colonizado que va en sentido contrario, es de un solo y muy angosto carril de terracería y en ella navegan desfavorecidos vehículos y bicicletas a contracorriente, esquivando como pueden los carros, para los cuales la avenida de tres carriles no fue suficiente, decidiendo adjudicarse también este cuarto carril, aunque fuera en sentido contrario. 

La avenida del colonialismo trae consigo la insaciable sed del modernismo,  del capitalismo y del desarrollo –progreso y cambio– a cualquier costo. En contraste, el pequeño carril a contracorriente trae consigo la persistencia, y me atrevo a decir, la resistencia. Aquel espíritu que desobedece la orden colonial y  que conserva, adapta, transforma, persevera con sus creencias y tradiciones encontrando la manera de llevar al otro lado su esencia y su presencia. 

A través de todo el territorio mexicano y de todas las tierras del Abya Yala, podemos observar los logros de este pequeño y desfavorecido carril, que en contra de toda probabilidad se expresa como un gran desafío, luchando contra siglos de violencia que amenazan y atentan en contra de su gran diversidad y riqueza. Ese desafío retiembla en la marcha de los huehuetls y teponaztlis que siguen vibrando en el centro de Tenochtitlán, a pesar de que los conquistadores trataron de silenciarlos. Se escucha también en el rasgar de las jaranas, que inyecta de esencia ancestral los instrumentos impuestos por el colonizador. Se siente en los ritmos y melodías que se alimentan de nuestra tercera raíz africana, tantas veces y erróneamente negada, trivializada. Se inspira en el improvisado swing del jazz que se impone ante la discriminación y segregación, para continuar abriendo puentes musicales entre aquellos que tanto han bailado en el despojo y el silencio. Se expresa en los colores y contornos del arte de Carmen Chami, quien nos tatúa una ventana a esta historia y a este pasado. Se vive en los pasadizos del sueño en que nos induce el cine de Zack Sievers. Nos acaricia con las palabras de Angelina Suyul que canaliza en su verbo no solo la lengua tsotsil, sino en la esencia de su comunidad y de sus ancestros. Se llora en las palabras de La visión de los vencidos que nos cuentan en náhuatl acerca de los últimos días del sitio de Tenochtitlán. Nos llama a la rebeldía en Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano junto con aquellas voces que fueron borradas de la historia oficial y que exigen ser escuchadas.

Este es Desafío Candente: el humilde deseo de contribuir a una expresión a través de este carril a contracorriente; un intento más de sanar la insanable herida colonial. Es el deseo de ser parte de este movimiento que toma las carreteras, vehículos y armas del colonialismo, para retomar las riendas de su historia, de su narrativa y de su expresión. Un viaje interdisciplinario de palabra, música, arte, cine, y rebeldía que explora la historia del colonialismo, imperialismo, neoliberalismo y que denuncia las estructuras de poder que rigen América Latina y el abuso sobre su gente; mientras que a su vez se celebra la resistencia, el espíritu y la creatividad de sus muchas y muy diversas comunidades.  

Escucha Desafío Candente

Inspirado en el ensayo periodístico del escritor uruguayo Eduardo Galeano, titulado Las venas abiertas de América Latina, el nuevo trabajo de Gustavo Cortiñas lleva al escucha en un viaje a través de América Latina y su historia de colonialismo, imperialismo y neoliberalismo, con más de 30 músicos y oradores de 11 países distintos, en el transcurso de 14 composiciones originales y videos que las acompañan. Desafío Candente hace una declaración poderosa: denuncia las estructuras de poder que rigen América Latina y el abuso sobre su gente, mientras que a su vez celebra la resistencia, el espíritu y la creatividad de sus muy diversas comunidades. 

En su núcleo hay un septeto de jazz: a Cortiñas se le unen Kitt Lyles al contrabajo, Joaquin Garcia al piano, Artie Black como saxofonista y clarinetista, Drew Hansen en la trompeta, Euan Edmonds al trombón y el versátil guitarrista Matt Gold. 21 músicos y 13 oradores invitados de 11 países distintos complementan estas 14 composiciones que llevan a los oyentes a un viaje a través de América Latina y su historia.

La obra logra expandir su alcance a través de una amalgama interdisciplinaria de la palabra hablada directamente desde el texto (con permiso del estado de Galeano), así como la llamativa imagen de portada de la célebre pintora mexicana Carmen Chami, al igual que videos producidos en colaboración con el cineasta Zack Sievers.

Portada del disco

La obra La Mano Invisible es un óleo sobre madera que realizó Carmen Chami especialmente para la imagen de mi disco titulado Desafío Candente, inspirado en la obra literaria Las Venas Abiertas de América Latina de Eduardo Galeano.  Al igual que la música y el libro, la narrativa de esta obra refiere a la visión en torno a los países latinoamericanos con una profunda historia marcada por una lucha de identidad, desigualdad y autoritarismo.

La pieza de Carmen Chami representa a un hombre de espaldas con diversos tatuajes de diseños precolombinos, como una abstracción de las ideas que conllevan al espíritu de los pueblos.  El tatuaje es concebido como una marca, una señal de identidad imborrable que se unifica en el cuerpo sin importar el lugar geográfico así como sucede en Latinoamérica, se comparte el origen y muchas historias consecuentes. La autora presenta en su obra un cuerpo fuerte y con cierta distorsión, así tal cual es la realidad en estos países. Como la misma Chami nos explica, la postura enfatiza una diagonal descendente en la cual con su mano izquierda toca el tatuaje de un corazón brotante con un ojo al centro, como quien está vivo y se reconoce a sí mismo; y con la mano derecha de manera gestual nos señala, apuntando a la complicidad, que como atónitos espectadores hemos presenciado por generaciones, la manera en cómo La mano invisible transforma el destino de países, comunidades e individuos.

Gustavo Cortiñas Fouilloux

CDMX 07/Septiembre/1987

Egresado de la Licenciatura en jazz en Loyola University New Orleans y de la Maestría en Northwestern University, Gustavo desarrolló su arte en las ciudades cuna del jazz: New Orleans y Chicago.  Su experiencia como músico se ha visto enriquecida a través de la participación en 26 producciones discográficas. Entre estas se encuentran tres en que actúa como compositor, arreglista, baterista y productor: Snapshot (2013), una colección de composiciones originales que fusiona la tradición del jazz con sus raíces mexicanas; Esse (Origin Records – 2017), una colección programática inspirada por la filosofía occidental; y Desafío Candente (Woolgathering Records – 2021), un proyecto apoyado por el FONCA inspirado en Las Venas Abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, que con la participación de 21 músicos de 10 países distintos, viaja a través del continente Americano trazando su trágica historia de colonialismo, imperialismo, capitalismo y neoliberalismo. Estos proyectos lo han llevado a distinguidos escenarios en Norteamérica, Sudamérica, Asia y Europa, tales como el Chicago Jazz Festival; el Chicago Latin Jazz Festival; el Hyde Park Jazz Festival; la Western Michigan Jazz Society; el New Orleans Jazz & Heritage Festival; el Jazz Institute of Chicago; el Festival de Jazz Chiapas; y al Instituto Mexicano de la Radio, entre otros.